jueves, 20 de mayo de 2010

Pentecostés

Estamos concluyendo la gran fiesta de la cincuentena de Pascua. Nos queda, eso sí, el memorial de la pasión, muerte y resurrección de Jesús que celebramos cada Domingo en la Eucaristía.

Ya los Apóstoles sintieron esa fuerza y presencia de Dios en el Espíritu Santo, entregado después de la Ascensión de Jesús a toda la Iglesia.

En nuestro tiempo es un sacramento asociado a los adolescentes y jóvenes. Y, cada vez más frecuentemente, también a los adultos que hacen una opción de fe contrastada y comprometida después de un proceso regido de catecumenado.

Invoquemos la presencia del Señor a través de su Espíritu. No sólo el día de Pentecostés, sino en cada opción de nuestro caminar diario. Podemos utilizar para ello la fórmula de la Secuencia que nos propone la Liturgia de esta Solemnidad, acompañada de música e imagen.
:D Secuencia de Pentecostés 1  y  Secuencia de Pentecostés 2

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